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¿Spots o tuits?


Publicado el 01/03/2015 a las 23:00

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Ya no hay estrategia sino inercia. Los miles de spots con los que se nos bombardea a diario en
radio y televisión son basura. Contenido y formato resultan repelentes para la sociedad. La
creatividad de algunos es un “a huevo” sacado de la manga mientras que, para otros, es la
caravana con sombrero ajeno o conceptos chambones que poco o nada le dicen a la gente. Las
pautas de sandeces orillan a la audiencia a cambiar de estación, de canal, o de plano al silencio.
Los políticos de siempre deciden cual si estuvieran tratando con la sociedad de siempre. Actúan
con ceguera de taller o como caballo de lechero. No ven nada más allá. Piensan que la gente se
dejará influenciar por tan pobres ideas. Siguen pensando a la antigüita. Desprecian a las nuevas
generaciones que, by the way, ya votan. Creen que la comunicación social es de boletines y
conferencias de prensa acartonadas sin preguntas ni, mucho menos, respuestas.

Lo que ignoran estos genios de la comunicación, tanto de oficinas de gobierno como de partidos
políticos, es que, lo de hoy, son las redes sociales. Ahí no hay filtros ni límites. Es libertad pura. A
veces libertinaje. Mil veces mejor, con todo, que la absurda censura o la operación a billetazos.
Ah, pero entrar y ser activo en redes sociales es mucho más que una acción. Es una actitud. Este
negocio demanda mensaje, disciplina, creatividad, reflejos y, tener la piel muy gruesa para
aguantar vara. Me temo que la enorme mayoría de los políticos tienen sus cuentas en redes
sociales nomás por no dejar. Las maneja un asistente al que poco retroalimentan y escasamente
supervisan. Sus avatares y los textos que utilizan son francamente aburridos. Y recurren a lugares
comunes que fácilmente son desechados por el respetable.

Yo inicié en twitter por un accidente. Fue el día en que supimos del secuestro de Diego Fernández
de Cevallos. El Presidente Calderón me pidió atajar en esa red social la estúpida versión del
impresentable Manuel Espino, en el sentido de que habían hallado el cuerpo sin vida de tan
apreciado panista. Confieso que no sabía de qué me hablaban. Pero ahí inicié lo que hoy es una
de las actividades y pasiones que más disfruto y aprovecho. Tiene sus riesgos pero las ventajas
son infinitas.

El secreto está en que sea uno mismo el que escribe y contesta; y también en ser auténticamente
uno mismo cuando se escribe y contesta. En pocas palabras, se trata de actuar como ser humano
antes que como político. Hay que mostrar el lado personal, profesional y familiar; así como las
aficiones y opiniones sintetizadas en un lenguaje accesible (y sin faltas de ortografía).

Estamos en plena sociedad de la información. Las nuevas generaciones recurren más a internet
que a los medios electrónicos tradicionales. El efecto multiplicador y viral de un buen mensaje de
140 caracteres puede ser incontenible. No aprovechar la tecnología es no saber hacer política en
el siglo XXI.

En suma: si la clase política está a la baja no solo es por sus acciones. Lo es también por su
pésima forma de comunicar. #NoSeanOrdinarios #HeDicho

Artículo publicado en el Periódico El Universal

http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2015/03/75119.php